Medio ambiente y corrupcion en America Latina y el Caribe

131 Marlene Castillo, Romulo Torres, Mary Nelys de Almeida y Adriano Luis Hahn intervención humana como causa del origen y aceleramiento del calentamiento global y el respectivo cambio climático en curso que ya ha alterado los sistemas humanos y naturales, afectando las vidas de miles de millones de personas en todo el mundo. El último Informe (IPCC 2022) precisa que el nivel de riesgo a corto plazo dependerá de las tendencias simultáneas a corto plazo en materia de vulnerabilidad, exposición, nivel de desarrollo socioeconómico y adaptación; así mismo advierte de la proximidad de un punto de quiebre si el calentamiento actualmente en 1.2°C supera 1.5°C, lo que conduciría a la configuración de un escenario riesgoso de colapso ambiental/ecológico/social global (impactos irreversibles). Plantea, así mismo, la urgencia de políticas efectivas de mitigación y adaptación inclusivas que prioricen la reducción del riesgo, la equidad y la justicia, hacia un desarrollo resiliente al clima; es decir, con capacidad de recuperar/mantener funciones, identidades y estructuras esenciales y con capacidad de transformación. Mientras tanto, las políticas económicas-financieras y las políticas ambientales globales/nacionales han ido por pistas paralelas y las segundas subordinadas a las primeras, en medio de las evidencias reiteradas de corrupción dentro y fuera de los Estados, con frecuencia incumpliendo, acomodando o concertando políticas/normas a intereses particulares, entre ellas referidas a megaproyectos de alto riesgo socioambiental. A la par del aumento de la inequidad planetaria existente y de la injusticia climática (injusta distribución de la carga, insuficiente representación en las decisiones, no reconocimiento efectivo de culturas y perspectivas diferentes a las oficiales). Desde los movimientos sociales ecologistas e indígenas se ha interpelado y planteado alternativas en las COP, en medio de la desafección política creciente ciudadana. En este contexto histórico, los conceptos y los paradigmas vinculados a esta crisis planetaria también han adquirido nuevos alcances, precisiones y significados no sólo desde la academia, sino también desde la Carta Encíclica Laudato Si’. Así, si bien la noción convencional de la Ecología nos remite a las relaciones entre los organismos vivientes (la comunidad biológica) y el ambiente (el hábitat); la Ecología integral incorpora los sistemas sociales en esa interacción, las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad, los modelos de desarrollo, producción y consumo (LS, n.138). Su alcance es mayor a esa noción, es una propuesta de acción integral que tiene como punto de partida el reconocer la raíz humana de la crisis ecológica planetaria.

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