151 Marlene Castillo, Romulo Torres, Mary Nelys de Almeida y Adriano Luis Hahn huellas en las relaciones y la convivencia social que se expresa en la forma como nos percibimos y nos tratamos; lo que podemos contribuir a reparar en el trabajo que llevamos a cabo desde los Centros. Los pilares a considerar en la reflexión y la práctica de la Ciudadanía Ética Eco-social, en el marco de la promoción de la justicia socioambiental de los Centros Sociales, son los siguientes: Cuidado de la Casa Común (Seres Humanos y Naturaleza). El compromiso ético no se limita al respeto y cuidado de los derechos de los seres humanos, se extiende a la naturaleza y el planeta, nuestra Casa Común. Esto implica abandonar la concepción instrumental de la naturaleza que solo busca dominarla y explotarla, y reconocer a la naturaleza como sujeto de derechos, así como reconfigurar las relaciones con las personas y la naturaleza a partir del marco de la biósfera. Gratuidad. La gratuidad de las responsabilidades que se asumen. Se asumen el compromiso y la responsabilidad de cuidar, respetar y luchar por los derechos de las personas y la naturaleza (nuestra Casa Común), sin esperar algo a cambio. Sostenibilidad. La sostenibilidad es una dimensión clave que permite asegurar un equilibrio entre el desarrollo presente y futuro. El compromiso de la ciudadanía debe basarse en el reconocimiento de que la satisfacción de nuestras necesidades del presente no debe poner en peligro los bienes que serán necesarios para el desarrollo de futuras generaciones. Territorialidad. El reconocimiento que los problemas medioambientales son problemas globales: el calentamiento global, la reducción de la capa de ozono, la deforestación etc. y que lo son porque sus efectos trascienden el territorio y las fronteras nacionales. En consecuencia, asumir la desterritorialidad significa tener una conciencia de que somos parte de una Casa Común. Lo privado tiene implicancia política. El ámbito privado es tan importante como la esfera pública, porque los actos privados pueden tener implicaciones públicas en el sentido que dentro de una familia se desarrollan estilos de vida que tienen consecuencias socio-ecológicas, se ejercen prácticas y se establecen relaciones basadas en derechos, virtudes, responsabilidades; es decir, se forma y se ejerce ciudadanía ética eco-social. Interculturalidad. Parte del reconocimiento de que vivimos en sociedades y en países con alto grado de heterogeneidad cultural, en el
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