157 Marlene Castillo, Romulo Torres, Mary Nelys de Almeida y Adriano Luis Hahn procesos decisionales riesgosas para la vida y las/los más vulnerables, así como para propiciar y fortalecer la lucha contra la corrupción. La promoción de sociedades éticas ecológicas que constituyan sujetos sociales protagónicos – visionarios, propositivos, comunitarios, proactivos, dignos – y con capacidad articuladora para influir/obligar cambios de políticas globales/continentales requiere por parte de las entidades promotoras comprensión de los desafíos complejos urgentes y la redefinición de los marcos de acción. Hacia ese fin contribuyen las cinco perspectivas del cambio paradigmático (i-sistémica; ii-transdisciplinaria, iii-trascendental y transgeneracional, iv-ética del cuidado, justicia y armonía, y v-contextual y cultural). La ciudadanía ética eco-social se construye en la formación y la práctica desde la ecología de la vida cotidiana; así como en el proceso político de su construcción y ejercicio comunitario para enrumbar sociedades, Estados y políticas globales hacia el cuidado de la Casa Común y de la convivencia humana, en tanto fin sinérgico de justicia ecológica-social. Las principales orientaciones para la redefinición del marco de acción para la promoción de una ciudadanía ética eco-social consideran los siguientes campos: i. La deliberación y la acción política ética ecológico-social debe responder a la necesidad de un cambio de rumbo y transitar caminos de diálogo, de movilización y de influencia en las decisiones de políticas públicas en los diferentes niveles (acuerdos internacionales, nuevas políticas nacionales/locales, redireccionamiento de la política y la economía al servicio de la vida, diálogo y transparencia en los procesos de decisiones políticas); ii. La necesaria participación de la sociedad civil (pluralidad de actores, especialmente los excluidos/afectados) y de la ciudadanía en la búsqueda e implementación de alternativas sólidas dialogadas y transparentes a las políticas y procesos decisionales riesgosas para la vida y las/los más vulnerables, así como para propiciar y fortalecer la lucha contra la corrupción en los territorios; iii. Toda actividad o proyecto pro ciudadanía ética y eco-social tiene una posición frente a los problemas actuales e históri-
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