95 Valentina Campos Cabral, Lelia Imhof, Karen Eckhardt Rovalino y Meyatzin Velasco Santiago El trasfondo en esta discusión es la disputa teórica-conceptual sobre cómo puede o debe evolucionar la relación sociedad-Naturaleza en un contexto de múltiples crisis o crisis civilizatoria y de un profundo cuestionamiento al desarrollo y crecimiento económico y que en este documento recuperamos como las falsas ante los tan controversiales y criticados mecanismos basados en el mercado, pueblos indígenas, organizaciones y movimientos sociales resisten a lo que se conoce como "soluciones falsas al cambio climático" y se posicionan abiertamente por la justicia climática, el cuidado de la Madre Tierra y al ajuste de los modos de producción y vida a las condiciones que permitan la sobrevivencia de todas y todos (humanos y no humanos), resistiendo a comprender a la naturaleza como un recurso y mercancía. Un antecedente importante fue la iniciativa de Bolivia en el 2015, al convocar a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida, con la intención de discutir cambios reales ante los problemas socioambientales y advertir sobre la amenaza que representaba el capitalismo para la vida y para los países ricos en recursos, a la deriva del poder político y económico de los países del Norte global. Como parte de los esfuerzos de organizaciones sociales, pueblos y activistas, para construir una institucionalidad para la defensa del planeta y los derechos humanos, desde el 2009, existe el Tribunal Internacional de Justicia Climática, que recoge testimonios e inicia procesos simbólicos contra los responsables del cambio climático, sean estos gobiernos, empresas, instituciones financieras, por atentar contra la vida y el equilibrio ecológico (Peredo, 2012). Otra iniciativa es el reconocimiento o búsqueda de reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza, entendiendo a esta como sujeto de derecho y protección por parte del Estado, por sí misma y no en relación a los humanos. Países como Ecuador y Bolivia han reconocido esto en sus constituciones políticas, pero para el resto del mundo, la Naturaleza no tiene derechos, es observada como una cosa, a observar solo desde la afectación a los derechos de los humanos (Buxton & Cullinan, 2012). En el día a día se impulsa la agroecología, basura cero, decrecimiento, dejar el petróleo en el subsuelo, el litigio climático, el manejo comunitario de territorios, pérdidas, daños y reparación integral, soberanía energética, soberanía y autonomía alimentaria, transición ecosocial y transición energética justa y popular.
RkJQdWJsaXNoZXIy MjEzNzYz