Daños ocasionados por sistemas de inteligencia artificial: desarrollo vs derechos 230 didato (v.gr., piercings, tatuajes, indumentaria en general) puede influir, aunque esas circunstancias no resulten determinantes para las características del puesto. Un sistema de inteligencia artificial también podría llegar a tomar en consideración tales circunstancias -procesando datos captados por reconocimiento facial-, y excluir a determinadas personas reproduciendo esos patrones humanos -el riesgo de discriminación no sería mayor que en la gestión laboral humana-, pero es probable que esos sistemas se centren en factores y variables que conecten con el rendimiento -presente o futuro- del trabajador y con los resultados esperados para la empresa Se trata de criterios vinculados a la eficiencia económica que, aplicados sin las debidas cautelas, pueden conducir a la discriminación. Orozco González (2021) apunta que la tendencia de la IA se endereza al desarrollo de máquinas complejas, inteligentes y autónomas entrenadas para tratar información, pensar, aprender y actuar de forma autónoma, lo que supondrá cambios de muy diverso orden en el ámbito socioeconómico, más allá del empleo, generando riqueza y poder. En ese escenario, se impone que un invento positivo para la humanidad discurra por unos parámetros basados en principios y valores definidos y compartidos, en particular, el respeto a los derechos y libertades fundamentales y demás bienes y valores de un Estado democrático y social de Derecho. En ese orden de ideas, debe tenerse presente que la IA no sólo completa o sustituye al ser humano en diversas tareas industriales o científicas, sino que puede influir en las decisiones de las personas, empresas e instituciones e, incluso, superar su inteligencia, de manera que tales decisiones estarían ya pre-condicionadas por “juicios basados en algoritmos”, con lo que la IA adquiriría un poder de decisión e influencia para tomar decisiones, o al menos condicionarlas, en diversos órdenes de extrema relevancia de la vida social y económica. Es cierto que la evolución de la IA y su capacidad de aprendizaje autónomo plantean desafíos para los regímenes jurídicos de responsabilidad civil existentes. La IA se diferencia de tecnología actual en su capacidad para tomar decisiones y realizar acciones de manera autónoma, lo que puede dificultar la aplicación de los principios legales convencionales. Uno de los retos radica en la atribución de responsabilidad cuando la IA causa daños. Dado que estos sistemas pueden aprender y adaptarse continuamente, es posible
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