41 Elvigia Cardona Zuleta y Jorge Eduardo Vásquez Santamaría En otro segmento de la encrucijada, es innegable la crisis ambiental y el costo que produce el alto consumo energético requerido por las centrales de datos y la infraestructura asociada a la IA De acuerdo con estudios de Mckinsey y Company (2023) “Los centros de datos son grandes consumidores de energía: el centro de datos de un hiperescalador puede utilizar tanta energía como 80.000 hogares” (p. 2), así mismo se proyecta que las centrales ubicadas en Estados Unidos a 2030 consumirán 35 gigawatts (GW) (Mckinsey & Company, 2023), lo que corrobora Araiz Huarte (2023) cuando asegura: “el impacto ambiental producido por los sistemas IA, se erige como una de las disfunciones de mercado más a tener en cuenta por parte de los legisladores” (p. 4). Esto sin contar con la contraparte de los consumidores y el consumo de agua para producir energía, cuyos estudios apenas se inician, en un contexto en el que ya superamos los “puntos sin retorno” enmateria de cambio climático que exigen otras formas de gobernanza (Lenton, et al., 2023). Las publicaciones científicas que relacionan el Derecho, la ética y la IA aún son incipientes, y más aun si se les piensa en el sector de lo ambiental. En Derecho procesal Bonet (2020) trabaja el potencial de configuración de la IA en ámbitos del proceso alterando principios y garantías procesales, y Mesa (2020) busca contribuir a la generación de estrategias procesales para el manejo de las evidencias digitales, adecuadas a un sistema de prueba unificado. Por su parte, frente a la relación de la IA con el Derecho Sánchez y Tirso (2023) reconocen las dificultades del debate por los Derechos Humanos y los riesgos de la IA ante la ausencia de derecho positivo, y Masbernat y Pasquino (2023) analizan las implicaciones en los diferentes campos jurídicos de la IA y el cambio de paradigmas jurídicos. En cuanto a la relación IA con ética, Azuaje-Pirela (2023) cuestiona a los agentes inteligentes y los desafíos éticos en materia de propiedad intelectual; Conill Sancho (2023) explora el uso ético de la razón pública y sus limitaciones ante la IA; Gallent, Zapata y Ortego (2023) se centran en las aplicaciones en la Educación Superior y los impactos éticos en las prácticas pedagógicas e integridad científica de las IA generativas; y Martín Jiménez (2023) propone principios éticos para analizar la responsabilidad de la toma de decisiones mediante la IA.
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